Windows 8: el símbolo de un mundo en transformación.

Son muchas las opiniones que se están vertiendo alrededor del asunto Windows 8 (W8 para abreviar), y desde usuarios técnicos a analistas como Enrique Dans están describiendo la salida de W8 como el último gran fracaso de Microsoft en los sistemas operativos. Independientemente de otras cuestiones, y es algo que desarrollaré a continuación, mi opinión es que, como siempre, hay mucha exageración en toda salida de producto nuevo de una empresa como Microsoft (sustitúyase por Apple, Google o cualquier otra del mismo tipo…).

La primera crítica es la comparación con el fracaso de Windows Vista. Sí, es lógico: Vista era absurdamente malo para una empresa como esta. Pero el problema aquí es que W8 en si no es malo (es un sucesor de W7, muy estable y sólido como sistema operativo). No es un mal sistema operativo: sólo lo han «bautizado» muy mal, y es algo en lo que también me quiero extender más tarde. Pero el verdadero asunto es, al menos para mi, que Microsoft no está teniendo una perspectiva real de sistema operativo. Dicen querer prepararse para el mundo móvil pero lo único que han hecho es generar un S.O. híbrido que no es ni PC ni móvil, y no sabe donde encajar. Es el típico ejemplo de ponerle ruedas de Ferrari a un 600… No funcionará.

Como digo, Microsoft no está sabiendo leer la informática actual, o eso parece. No es, ni mucho menos, una cuestión de tendencias, porque las tendencias como tales aparecen y desaparecen como las olas, pero al final queda su efecto en la roca de los acantilados. Las tendencias generan modas, y las modas costumbres. Lo que no se puede pretender es hacer algo tan sumamente novedoso que genere choques en la forma de pensar de los usuarios: esa ha sido siempre una de las razones por las que Linux nunca ha triunfado (y probablemente nunca lo hará) en el escritorio. Un ejemplo de eso es el iPhone: por muy novedoso que fuera cuando salió, sólo lo fue porque nadie había reunido todas esas características en un solo teléfono, pero lo cierto es que Apple no había inventado nada nuevo en ese dispositivo: todo lo que incluía ya se había visto en otros aparatos previos de forma separada, con mejor hardware y algunos programas vistosos, claro, pero nada más. Por eso la gente lo aceptó de muy buen grado: Apple no inventó nada nuevo, simplemente lo «rehizo» atractivo para el público general. Otro caso es Chrome de Google: cogieron un motor como WebKit, muy usado en Linux y Mac (Safari está basado en él), hicieron algunas innovaciones “tontas” y aumentaron mucho la velocidad y añadieron de serie muchas de las mejoras intrínsecas de Google para los navegadores. Como resultado, Chrome ha superado a Firefox en menos de 2 años y está ahora compitiendo con Explorer cara a cara. El mismo W7 es un ejemplo magnífico de esto: cogieron Vista (quitando todo lo terrible y dejando lo realmente importante), mejoraron la interfaz, añadieron nuevas características y generalizaron los 64 bits, estabilizaron el sistema hasta el punto no visto en ese momento y lo sacaron; la respuesta fue masivamente positiva por parte de casi todo el mundo. Que W8 va a ser un fracaso ya se ve en el hecho de que el jefe de la sección Windows, Steven Sinofsky, verdadero autor intelectual de W7 y Windows Live (que recientemente ha dejado de existir oficialmente para la empresa), haya dimitido (por «razones personales», como siempre, para ocultar los verdaderos motivos, que me da que son que está hasta los miligüinis de lo que está pasando en Microsoft), lo que en mi opinión implica una profunda crisis interna en el gigante de Redmond. Recordemos que versión sí, versión no, Microsoft saca un verdadero «zurullo» de sistema y normalmente hay que esperar a la siguiente versión para que saquen algo potable. Pero este tipo de veleidades de diva ya no son posible en un mundo donde se está generalizando el uso de productos que no son de Microsoft.

Efectivamente, el mundo está cambiando. Nosotros mismos somos desarrolladores de aplicaciones bajo ASP.NET y en general en plataforma Windows, pero estamos desarrollando ya para Android, próximamente para iOS y no nos plateamos, por el momento, movernos hacia Windows Phone u W8. Como mínimo, para que sea factible hacer eso tiene que haber un mínimo mercado (pongamos, un 10%), que justifique la inversión en tiempo, dinero y esfuerzo en sacar una aplicación para otra plataforma más. El mundo se está girando al entorno móvil y eso cambia la perspectiva de las cosas. Al principio, los usuarios utilizaban los equipos informáticos para necesidades específicas que en general estaban desconectadas. Vivíamos en un mundo offline. Después, la web nos mostró un océano de información que nos permitía elegir tantas posibilidades que nos abrumaba. Cuando hay exceso de información, comenzamos a seleccionar mucho, porque no podemos lidiar con tal exceso de oferta. Así, poco a poco se va generando un mundo en el que nos volvemos más y más selectivos, de forma que ya no exploramos la Red, sino que ya sabemos lo que queremos usar, y sólo si nos recomiendan algo probamos otra cosa. Sólo usamos los buscadores para buscar información de manera intelectual, pero no para buscar productos y servicios. En general ya tenemos dos, tres o cuatro sitios a los que sabemos acudir cuando necesitamos algo. El resto de la Red, lamentablemente, ya no existe. Ya ahora mismo hay un universo de páginas web que simplemente no existen porque nadie las enlaza o recomienda. Sólo si te mueves en grupos selectivos descubres cosas nuevas, pero eso sí, según tus intereses personales. Naturalmente, esto los grandes como Google lo saben. Saben que su buscador, la pieza estrella, irá desapareciendo bajo capas de aplicaciones que harán uso de su sistema de datos y que si no son los primeros en imponer sus sistemas y aplicaciones, simplemente morirán. Pero Microsoft no parece entender esto. Siguen anclados a un universo de PC offline y no comprenden que antes de crear cultura, tienen que crear moda, y antes tendencia. Cuando apareció el PC original, no fue un boom en la cabeza de nadie: antes, durante al menos 5 o 7 años, habían aparecido múltiples aparatos que podían ser microordenadores para realizar funciones de todo tipo, pero ninguno tuvo éxito realmente, y cuando apareció el PC, todos dijeron: «vaya, por fin algo que parece que funciona», y se convirtió en todo un éxito. Si el PC hubiera aparecido unos años antes, hubiera pasado totalmente desapercibido y ahora estaríamos usando otras cosas. La tendencia y la moda ya la habían creado otros, y ahora se creaba cultura informática. Con los móviles ha pasado lo mismo: varias empresas (incluida la misma Microsoft) habían intentando sacar sistema táctiles y de tipo smartphone (yo hace 7 años ya andaba haciendo programitas para Windows Mobile en HTC, por ejemplo, con sus pantallas táctiles, wifi y unas cuantas cosas más que ahora damos por hechas), pero a los que nadie hacia caso. Después Apple saca el iPhone y parece que ha descubierto el significado de la vida, cuando no era más que un refrito bonito de lo anterior, pero hicieron lo correcto: sacaron el teléfono cuando debían y de la forma adecuada, y triunfaron. Tendencia y moda. Android salió después, muy tímidamente, pero cuando mucha gente ya se había acostumbrado a usar estos dispositivos de manera habitual. Ahora Android puede crear cultura tecnológica (de hecho la está creando, el 85% de los smartphones son Android en España, y esto es la mayoría de los teléfonos que se venden hoy día), terminar siendo el sistema estándar de facto en todo el mundo, como Windows en PC. Sacar ahora un híbrido como está pretendiendo Microsoft es absurdo, ya que el teléfono móvil, en un par de años, se va a estancar y pasará a convertirse en otra cosa. No da tiempo suficiente para triunfar con otro sistema. Han llegado tarde y tal vez, lo que deberían hacer es adaptarse a ese estatus e intentar el siguiente paso de innovación, que sería convertir el móvil/tablet en el aparato todo en uno a lo «Señor de los anillos»: un dispositivo para controlarlos a todos. TV, vídeo, automóvil, domicilio, ordenador, etc… Todo controlado desde el móvil. Eso, unido a una capacidad totalmente ubicua de comunicación (Internet, Wifi, NFC, etc.), tarifas planas, calidad de servicio, potencia de proceso… Al final, conseguirán el objetivo de hace más de una década, convertir el móvil en el sistema informático de la mayoría de la población. Eso lo saben en Microsoft y por eso han sacado W8, pero a destiempo, mal y ¡tachán! tampoco gusta en PC.

Los usuarios de PC (los habituales, no los ocasionales) somos distintos a los usuarios de tablets y móvil (aunque obviamente también los usemos). Queremos funcionalidad, potencia y usabilidad, algo de lo que carecen los dispositivos móviles por razones obvias. Microsoft ha caído en el típico error de que lo más usado es lo que quiere todo el mundo, y al confundir móvil con PC, les ha llevado a intentar replicar el mismo comportamiento en sistemas de sobremesa. Epic Fail. Yo mismo, por ejemplo, cuando vi que habían eliminado el menú inicio… ¡Grité como una nena! Sí, ya sé que lo han sustituido por la interfaz Metro, pero eso en realidad me daba igual: si hubieran dejado el sistema operativo tal cual debe estar, con configurar el sistema para que no salga esa monstruosidad que es Metro me daba con un canto en los dientes. Sólo con ese detalle del menú de inicio han conseguido que millones de usuarios avanzados de PC aborrezcan W8. De un plumazo. Porque ningún usuario avanzado va a usar la interfaz Metro. Es de locos pensar eso. Eso está bien para el tipico niño, abuelete o usuario en general que sabe encender el ordenador y poco más, pero no para un usuario que se tira cerca de 12 horas diarias usando un ordenador. Es inaceptable. La estrategia de dejar crear por defecto usuarios usando la cuenta de Windows Live es otro error mayúsculo (aunque luego eso se pueda limitar, que lo ignoro), y realizar sistemas exclusivos de Windows 8 va a hacer que los desarrolladores no se vean especialmente impulsados a intentar desarrollar aplicaciones específicas, al menos durante un año o más. Porque a eso se añade, como decía antes, que no haya mercado suficiente. Si ya muchas personas se han pensado el pasar de XP a 7, el paso a 8 está descartado por la mayoría, al menos durante una cantidad de tiempo exageradamente grande en términos de mercado. El órdago con W7 ya no se va a poder repetir esta vez, y parece que se han dado cuenta, un poco tarde. Ah, Ballmer: obligar a los desarrolladores a usar W8 para hacer aplicaciones W8, cosa tan de Apple, es otro Epic Fail. Avisado estás.

¿Soluciones? Volver a poner el menú de inicio, interfaz Metro opcional para los usuarios de perfil más bajo y por favor, de una vez por todas: actualizaciones de sistema completo en red sin necesidad de tener que volver a comprar licencias ni reinstalar. Una cosa que nos ha enseñado Linux y Android es que es posible actualizar tu sistema al completo sin reinstalar. Cuando Microsoft comprenda esto, tal vez W8 tenga un pase. Hasta entonces, no le auguro un futuro prometedor.

Como conclusión, tenemos que decir que los desarrolladores tenemos un futuro incierto en adelante, pero que va a pasar inevitablemente por el mundo móvil, y por el paradigma de uso-por-necesidad. Se acabó aquello de descubrir cosas en la red: ahora todo funciona por el boca a boca y las redes sociales (y los stores). Ya poca gente pierde el tiempo buscando en las profundidades de Internet en busca de la última joya. Los E-commerce se convertirán en apps de móvil y las redes sociales se usarán desde tablets. Los periódicos no sólo desaparecerán del papel, sino también de la web, y se convertirán en periódicos en la tablet, así como las revistas. Personalmente era escéptico acerca de la idea de la desaparición de la web como órgano central de Internet, pero ese mundo está cada día más cerca. No como tecnología, sino como medio de información, en un mundo donde todo va a estar mucho más centralizado y «atomizado» que antes. Toca evolucionar y el que más tarde llegue, sólo se encontrará con las migajas. Bienvenidos a Internet 3.0.